Ciudad-Bosque
 He vivido en una ciudad-bosque por casi treinta años 
 Poco a poco el bosque fue cediendo lugar a la ciudad 
 y el ruido de los autos sustituyó al canto de los pájaros 
 Poco a poco los nidos fueron cayendo con los árboles 
 y la gente de la urbe invadió con sus costumbres el paraíso que habitamos
 El cielo sigue siendo el mismo 
 pero faltan las siluetas de las sombras en el jardín y por las calles 
 Faltan las agujetas de pinocha sobre el césped 
 y los ríos amarillos del polen de los aromos 
 La pequeña ciudad crece 
 Aunque en nuestra memoria 
 el aroma del bosque permanece y nos acompaña. 
 Sandra Gutiérrez (Salma) 16/9/20