Para mi amigo Ava, en su cumpleaños
Siempre hubo lobos en mi familia.
Estos cánidos, carnívoros
han paseado sin prisa por el patio trasero de mi casa.
He tenido perros, coyotes y chacales
entre otros amigables compañeros de viaje.
He visto sus dientes, sus garras,
la finura de sus pasos,
la firmeza de sus patas,
los largos colmillos de su boca.
Su figura recortada a la luz de la luna…
aullando de deseo, de dolor, de éxtasis…
Pero, hasta de la angustia, una sonrisa eficaz
siempre han terminado robándome …
Inteligente y sagaz,
esta especie ha sabido conquistarme,
a veces depredando mi alma
otras veces acompañando mis días
y pintando mi esperanza.
Y al retirarse, me han regalado su suave pelaje…
El lobo blanco para cobijarme en días fríos.
El lobo gris, para cubrir mis pies en primavera.
El lobo pardo, que aún sigue vigilando mis noches tibias.
Y hay un lobo rojo que vive lejos de aquí,
él permanece latiendo junto a mi corazón…
Sandra Gutiérrez Alvez