Lleno estaba el suelo de bendición y riego.
Lleno el aire, del elemental respiro de vida.
Lleno antes…de que el asesino
se llevara todo en pos de sí mismo.
Antes, mucha vida.
Antes, poco cielo para ver.
Antes ,verde madera nido y trino.
Hoy, ruido a motor del asesino...
El oro del invierno corría en las aceras,
hoy corre la savia-sangre por donde sea.
Y sus huesos son quemados dentro y fuera.
Antes, respiraba, hoy es ceniza.
Antes, iluminaba con su flor y con su vida.
Hoy es pira de sacrificio,
comodidad, papel y estructura fría.
Apenas un segundo de calor,
y una semilla que si germina y crece,
son cien años de vida, cien años de belleza,
y de respirar hondo pura poesía…
Hoy yace en el fuego ya sin vida,
y junto a él, el aire que el asesino respira.