
Dejaré lista para mañana
una hoja en blanco
una dulce melodía sin canción
y letras sueltas para darle
poesía al corazón…
Mezclaré mis canas con tus hábitos.
Mi obsesión con tu cintura.
Y en tu café un terrón de azúcar
para darle a la tarde mi dulzura…
Miraré al horizonte por la ventana norte.
Miraré la línea de tu vida,
y con tus manos en las mías
intentaré sumarle notas sueltas
a nuestra melodía…
siguiendo el sendero
que marca la confusa vía…
Y cuando la charla,
se vuelva un poco turbia,
un poco insulsa,
un poco como aquella
que nos atrapó a escondidas.
Me iré deslizando por debajo de tu cintura
como distraída,
como inocente niña,
descubriré nuevos rincones de tu vida,
secretos que conozco,
pero se olvidan…
Ilusiones, fantasías y nuevas recorridas.
Porque la hoja en blanco
me dice hoy, que mañana,
tendrá notas tuyas y poesías mías…