
El poeta encuentra paz en mí,
y encuentra luz en mi fogoso vientre
encuentra amanecer y sol naciente
encuentra fin a uno y mil caminos recorridos.
El poeta sale, viene y va…
y cuando vuelve
suele caminar descalzo por mi césped,
sacarse su camisa,
hacer una bandera con ella
y atarla a mi puerta,
ansiando que todos la admiren.
El poeta sale a mi ventana
y llama a sus versos.
Y trae uno nuevo cada día.
Porque él es para mí y yo para él.
Y me cela y lo celo.
Y me trae amigos para compartir la vida.
El poeta es como es, y yo su guía.
El poeta es, vive por mi y para mi…
Soy la poesía.