El hilo de este reino


Este blog ha acompañado el crecimiento de mi humilde obra desde 2008. En él guardo versos improvisados, poemas que amo y letras sueltas, pero todos ellos conforman este puzzle que soy, un ser en crecimiento, una amante de la palabra, un sueño de poeta.
Sandra Gutiérrez Alvez (Salma)

miércoles, 14 de enero de 2009

dándole foma a tu sentir
El ángel Hay un ángel que vive en tu pecho, Que habita en tu alma, Que vuela en tus sueños, Que duerme en tu lecho… Hay un pequeño ángel Que aún cree en ti. Que duda, pero…no se rinde… Que piensa que el mundo te necesita, Que aún cree en el amor, y en su poder Que abandona el silencio…Y hacia el mundo lo grita. Hay un ángel en mis sueños ¿Acaso, es el mismo que habita los tuyos? Él es parte de lo innegable, Y de la eterna ilusión que vives cada día. Aunque sólo ahogues tus penas… Y tu fe se disuelva como hielo en la arena… Él va dejando su orden en esta nueva era… y marcas de sus pasos por donde sea… Hay un ángel que entrega sus días por ella, la que todo lo tiene… la inmensa, la perfecta… la que viaja en el tiempo y camina a su encuentro … Ella,
la que lo ha esperado: siempre… Es Ella, la que no sabe de sitios cerrados, más que aquellos, que ella misma se ha instaurado. Ella, la que olvida a veces nuestras ignorancias pero no puede perdonar las inconciencias. Ella, la total, la universal, la maestra, la que todo nos dio y nada pidió, solamente un respiro de existencia. Ella, la que está aguardando ser amada, respetada, descontaminada de toda traición. Ella… en utópica rebeldía prosigue sin declinar. Con la esperanza de que nosotros, nos demos cuenta de que Ella espera este cambio en todos, que para Ella, es: dejar de agonizar… .

NO HAY OLVIDO...
...sólo circunstancias.




Pienso en ti.

Cada mediodía,
como en un ciclo interminable,
escucho las mismas canciones,
envío los mismos mensajes,
siento las mismas cosas,
porque estoy sola, pero te siento cerca,
cada vez que te pienso...
y a su vez, te extraño...
porque quizás, en mí,
hace mucho tiempo que no piensas.
Pero tal vez no sea tanto
lo que dejes de pensar en mí,
sino quizás sea que no te animes a entender
que querer es tan hermoso
como atarse a la dulzura, como saborear la miel,
como despertar con una tierna caricia...
y cada vez que pienso en ti,
pierdo las soledades que han llenado mi alma,
se colma mi jardín de primaveras,
y las adormecidas flores, reviven sus colores,
y sueltan sus aromas,
dejando aletear las mariposas libremente
sobre ellas,
para que te dejes querer...
Porque te quiero y sé lo que se siente;
porque he querido y sé cómo se hace,
y lo que recorre tu cuerpo en cada sentimiento,
porque este amor es inmenso como el cielo
infinito, inconmensurable, incorpóreo... pero cierto...






Tú y ellos...


Suelo encontrarte en mi camino,
para conversar contigo, y sentirte a mi lado...
Vuelo en tu inocencia y en tus miedos,
me intercalo en tu vida como si fuera la mía...
Te siento en mi poesía,
que ya no es tan mía sino tuya,
que ya no es tan tuya sino nuestra,
que ya no es tan nuestra sino de todos...
Invento excusas para estar a tu lado,
aunque tengo miedo de acosarte,
de ahogarte y de perderte...
A pesar de saber que tu vuelo es infinito,
y que no puedo prescindir de tu presencia,
sigo por la parte iluminada del canino,
la que me marcan aquellos
que conozco de tanto verlos.
Y en esa maraña de contradictorias variedades
estas tú frente a mí, parado mirándome,
con ojos de sorpresa, con ojos de dolor,
¡con esos hermosos ojos...!
Acusadores y compradores,
los mismos que ayer me enamoraron
y que hoy me envuelven en ternura,
los que un día miré apasionadamente,
y otro día lloré por no poder mirarlos...
Los que hoy puedo mirar,
sin miedos, sin rencores, sin abismos,
sólo los miro sinceramente...
y con todo el amor que tengo...
ellos son los que me dicen lo que sientes,
pues son los que no pueden mentir,
ellos me han contado tus secretos,
porque los he mirado profundamente,
los he visto arder en fuego,
morder la rabia, evitar la vergüenza,
alejarme con su indiferencia,
perderme en tus miedos, morir de celos,
y subir al cielo en señal de triunfo...
ellos son los que me cuentan,
lo que tú no me dices,
ellos encierran un mar adentro,
y se evaporan y se van a otros mundos...
Ellos son como tú...
Y sé que pase lo que pase,
nada podrá separarme de ellos,
ni el tiempo, que nunca ha sido mi aliado,
ni la distancia diametral de un planeta entero,
porque a ellos, como a ti, los llevo dentro...

Un día final

    Por el piso sus cartas desleídas. Y unas alas de seda bajo el vidrio dejan oír en lejana suspicacia “The Girl Is Mine”  y un Michae...