Escena de bailarina.
Edgar Degas.
pintor impresionista francés
(1834-1917)
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Rozando el horizonte
Ella caminaba lentamente, cada tarde, hacia la puesta de sol como si quisiera alcanzar algún día la belleza del ocaso. Apuraba el paso, y en los últimos momentos de luz, como una bailarina en su acto más sublime, adelantaba el torso, estiraba los brazos, alargaba sus blancos y delgados dedos en la lejanía, quedando suspendida sobre la punta de sus pies, y como queriendo alcanzar las pocas hilachazas rojizas que aún le quedaban al día…rozaba el horizonte.
No sé si pretendía transportarse mágicamente por la ilusoria curva para escapar de la realidad, o si cada día se entregaba a sus sueños en ese ritual. Pero de lo que sí estoy segura, es que adoraba ese momento, pues, mientras supe de ella, no dejó de realizarlo ni un solo día.
Cristal
observando