La poesía siempre me llama y a ella vuelvo,
a sus campos amplios minados de hojarascas,
a sus sembradíos color oro
y a sus filigranas de plata…
La poesía me tiene presa de sus dones,
me ha ligado a su falda y a su pelo,
tiene cintas de velcro en su vestido,
y miel en sus adhesivos dedos…
La poesía me llama, me reclama
y le dice a la gente que la quiero,
ella es prisionera de mis versos,
y mis versos son fieles a su encuentro…
Yo por ella he dejado media vida,
y la otra media, también se la concedo.
Si nacer, yo pudiera hoy de nuevo,
me visto de poeta, vivo, y poeta muero…
Sandra Gutiérrez Alvez