Al fuego de su Voz
El poeta y su poesía…
¡Cuánta fuerza, atesora el poeta!
Mientras siembra la tierra con su poesía
Y, con sus manos repletas
del ritmo de sus versos atesora la sabiduría de un pueblo…
Versos de humano enamorado,
versos, que desde de lo sagrado,
hablan de sus dioses, su magia, su pagana ciencia.
Ejes de su vida y ecos de su conciencia.
¡Qué grandeza encierran sus letras!
Defendiendo al pueblo y sus causas.
Derribando el muro de los sistemas.
Letras, que desde el candente sufrimiento,
se aferran al corazón, para volverse alma y carne.
Letras de empatía y encomio,
de tradición y rebelión, de defensa y unión.
Letras silenciosas, ermitañas y salvajes
que gritan su deseo de justicia y protestan ante el engaño.
Letras asidas a cadenas rotas y huelgas de guerra…
Donde la paz se iza en alas de libertad,
enhebrando propuestas, construyendo sueños…
Sin importar la potestad del imperio y sus bienes,
ni sus reyes y soldados, ni sus falsas morales
el poeta se levanta por los que no tienen voz.
Letras, que desde la locura, hacen arte y magia,
buscando la salvación .
¡Cuán influyente es la voz del poeta!
Alquimista de sueños.
Mientras ama, crea,
y se compromete a ser quien es, y quien desea.
Al fuego de su voz
se cristalizan quimeras y se educan conciencias.
Por eso, hasta los poderosos le temen,
lo encierran , lo censuran, lo torturan, lo matan,
porque su palabra vibra
sobre las montañas y bajo los mares,
en las desoladas calles,
y en lo alto de las ciudades,
entre trenes, autobuses y en la paz del caminante.
Es eco en las esquinas, voz de los juglares.
Se apropia de corazones
y es carne, razón y voz de quien la oye…
¡Qué infinito poder, engendra la poesía!
y por ella se ha vuelto héroe, el poeta.
Porque es revolución, cambio, denuncia,
amante infiel y adorador piadoso…
Y, en ojos autoritarios,
el poeta y su poesía,
se vuelven totalmente peligrosos…
Sandra Gutiérrez Alvez