De ser amados
Vine a buscar, de mí, la ilusión de ser amada.
Viniste, por un sueño desvestido,
por el momento fugaz, que casi nos separa
y nos unió, la distancia en un suspiro.
Y, quien no crea que el amor exista,
que ya no lea el resto del poema
pues, no creerá que fuimos presa de un amor
sin piel, ni fragancias, ni roces, ni promesas.
Que nos nació el amor, sin intimarnos,
de la belleza necesaria y sutil de ser amados.
Amor, del amar, sin piel ni precio,
del que no tiene vestidura ni calzado,
que no posee más que un sueño de encontrase
y de entregarse al deseo sin reparos.
Y sin buscar, busqué ser tu amor y ser tu amada.
Y sin querer, me desvestí sobre tu falda,
y me hice tuya, en la distancia, esposa desposada.
En la distancia, fui fiel e infiel, y en mi osadía, amada…
La guerra que fue paz, nos dio la quiebra
y el hilo que nos daba luz, deshilachó sus venas.
Perdió mi amor sangre, y tu amor fue mi condena.
Pero no murió,
aún late entre los escombros de la paz que fue de guerra.
….
Y quien no crea que el amor exista,
no debería haber leído este poema,
porque el amor, existe donde sea,
donde lo llames, el amor, te lleva a cuestas,
en la distancia, en la paz y hasta en la guerra.
Y en la penumbra de la revolución, el amor, tercia…
Sandra Gutiérrez Alvez
(Salma Hassan)
febrero 2011