No supe de mis alas,
hasta que habían crecido,
tanto, como para dominar
y soportar mi propio peso en vuelo.
Me acostumbré al dolor,
acontecido entre las sombras,
en la ausencia de disfrute,
en la anti-complacencia sostenida
por los ruidos de las modas de algunos
y las imposiciones de otros.
Dormí aletargada de sueños,
sin poder despertar a la fe ni a la conciencia.
No supe que el dolor que padecía
era el lento transitar de la savia en marcha,
entre las sutiles cavernas del plano de mis vuelos.
Imaginé que fui, pero no fui…
No atendí las fallas ajenas,
hasta poder reconocer las propias
en rostros extraños.
Levanté mi mirada y aún dormía…
No supe que ese estado de inconsciencia,
se debía al tiempo del pernoctar eterno,
media vida.
No entendí, que mi niñez de larva muda,
que mi fragilidad aparente
y mis ojos de nube tenían que ver con ellas.
No supe…hasta que las vi en el espejo reflejadas
y entendí que portarlas sería tan doloroso
como haberlas sentido crecer en mi inocencia.
Ahora que sé que están conmigo,
puedo planear por sobre el cielo infinito
de mis ansias pasadas,
pernoctar en lo alto, darme al vuelo,
posarme entre las ramas,
caminar con ellas escondidas
y aprontar su amplitud
por si necesito urgente una huida.
Porque la libertad de aprendizaje,
entre luces y amplios dibujos de colores,
sin crisálida, y a más de media vida,
con alas o sin alas no es lo mismo…
Volar siempre contiene lo infinito…
Salma Hassan
Tus alas son mágicas alcanzan hasta para tus seguidores!
ResponderBorrarUn Besito marino
me gusto mucho
ResponderBorrarte sigue poemas del piloto...
las alas son portadoras de libertad, gracias Tita, Tony, siempre bienvenidos sus comentarios.
ResponderBorrarPara crecer debemos conocer, nos atan a la vida, disfrutar de ella es contemplar todos los colores del arco iris, reconocer la belleza de un amanecer y sonreír aunque no podamos...abrazzzusss
ResponderBorrar