Y me produces piel, aún sin rozarte ni mirarte a
los ojos, me produces sal y azúcar. Me produces las sensaciones que de niña
tuve, cuando en aquellos días fríos me sentaba a escuchar los cantos de sirenas
a la orilla del mar.
Me siento pequeña, frágil y asustada como si el
viento en vez de acariciarme, me golpeara fuerte. He sido abordada por un amor
nuevo, por una sensación que no sentía en años o que quizá jamás sentí. He sido
abordada por una musa que a muchas inspira, pero que sin dudas a mí me atrapó
sin quererlo.
Hace tiempo que te esperaba, aún sin saberlo.
Caminé por la playa juntando caracolas, con mis pies descalzos, dejando mis huellas
en la arena, salpicándome con cada gota viajera. Observando las gaviotas pasar
y las aves emigrar al norte en búsqueda del cálido verano y queriendo seguir
sus rastros que como estelas en el aire, van dejando hacia tu encuentro.
He pasado horas mirando el mar, queriendo cruzarlo.
He caminado recitando poemas en el viento atrapando letras sueltas y enviando
al éter cada gota de mi pensamiento. He dejado que el sueño de ser amada me
atrapara, y me meciera en cuerpo y alma
para sentir el calor de mi poeta…
Hoy he despertado y hace frío, estoy vestida de
azul, esperando cada nota que me devuelva el mar, el rumor de las olas y el
graznar de las gaviotas es música para mis oídos y resisto cada embate del
gélido viento, pues sé que estás ahí en
la otra orilla, acunando mis sueños, esperando mis brazos y mi piel de seda.
Y me produces piel, aún sin rozarte, ni mirarte a
los ojos, me produces sal y azúcar, porque tu ser está bailando conmigo la
misma melodía. Porque quizá seas tú mi compañero de baile, aquel que ha quedado
inconcluso en tiempos anteriores…
Y, como el poeta no muere, eternamente vive…
seguiremos bailando ahora y siempre, en nuestros versos, así como en el abrazo
de alma y cuerpo en esta, ahora nuestra, vida.
Seda
Sandra Gutiérrez Alvez©
Versión corregida 12/2020 sobre el original 5/2009
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