El hilo de este reino


Este blog ha acompañado el crecimiento de mi humilde obra desde 2008. En él guardo versos improvisados, poemas que amo y letras sueltas, pero todos ellos conforman este puzzle que soy, un ser en crecimiento, una amante de la palabra, un sueño de poeta.
Sandra Gutiérrez Alvez (Salma)

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Entre lo místico y lo real

El tiempo del encuentro…

Y llegará el tiempo del encuentro,
en el que a tu alma la redima el viento.
Con el perdón, que marcará tu rumbo,
y una lluvia de amor sobre mi piel añeja
que limpie sus culpas y hasta diluya rejas.
Y llegarás ante mí,
con alas rotas, con vasos vacíos…
…lleno de triunfos pero ya sin destino.
Sin esperanzas, desilusionado, acongojado…
Tratando de decirme
que acá para el hombre ya no hay desafíos,
pues el mismo hombre destruyó su camino.
Y te recibiré,
tal como te acepté el primer día:
con una sonrisa, y el calor de siempre,
aunque hayas perdido más de media vida.
Veré tus ojos y en ellos
la conciencia del hombre en colectivo,
y sus deseos de implorar perdón
por dejar correr el tiempo a su destino,
por destrozar nuestra tierra,
por olvidar sus retos y disipar sus sueños;
corriendo tras el oro virtual del desatino.
Entonces, podrás ver en mis ojos
la luz y el amor que he estado guardando
en mi torre todos estos años…
Y en el camino que me separa de ti,
escritas y en damero, las atesoradas
profecías que estabas esperando…


La esencia de la vida

En un jardín florido, detrás de las montañas,
anidan los amores de gente muy extraña.
Sueltan su pelo al viento, dejan sonar campanas,
y con el pensamiento se besan y se aman.

En una bella aldea, detrás del horizonte,
urgente y presurosa, veo pasar la gente.
Todos llevan sus flores y cantan sus canciones,
van perdiendo lamentos y dejando pasiones.

En una playa inmensa, que brilla junto al río,
Siento gritar tu nombre, galante amor mío,
Son las mil y una luces de fulgor reluciente,
Que buscan anhelantes prenderse a la corriente.

Más, yo perduro en el jardín florido,
nadando entre las rosas, sorteando las espinas.
Porque de andar caminos y de estudiar ideas,
me quedo en la montaña o en la bella aldea.

Me siento en la fuente de tu jardín florido
a esperar las auroras de la playa infinita.
Pero siempre a tu lado, aunque sorteando espinas
porque contigo obtengo la esencia de la vida.

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Salma

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