I
Seré siempre la luna
que bajó a besarte
La única
impaciente
mínima luz con que alucinas
Y en cada fase
se reduce el límite
entre nuestro ensueño y
un cuarto creciente.
Por el piso sus cartas desleídas. Y unas alas de seda bajo el vidrio dejan oír en lejana suspicacia “The Girl Is Mine” y un Michae...
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Salma