Hace poco, en Montevideo, conocí a un escritor que llegó a dar algunas conferencias. Es licenciado en Ciencias Físicas, y un investigador minucioso de los detalles de la vida cotidiana. Y así, minuciosamente, crea su arte, con una mezcla de lógica, interrogantes, autorreferencias y mucha ciencia, que se pasean entre imágenes simples, reiteradas repeticiones, tiempo detenido y primera persona. Un extenso capítulo de 65 páginas sin punto alguno, sin párrafos y muy pocas mayúsculas, contiene la descripción perfecta de varios sucesos en el devenir del tiempo. Es la primera parte de su tercer novela, poseedora de una magia que te mantiene prendido a su historia . De un momento a otro, el formato cambia y se abre una segunda parte a modo de novela tradicional cerrando la historia con fotografías y comics donde realidad y ficción bailan estilos diferentes, en un escenario creado especialmente para los personajes que juegan los roles que el escritor les asigna en su propia imaginación, roles que el lector también puede figurarse en las imágenes (dibujos y fotografías) que el autor les provee... un viaje que transforma lo vivido en una nueva realidad...
Innovación, nuevos caminos, un mix de novela literaria y novela gráfica y mucho de que lo que para algunos sería lo incorrecto, es para un escritor de este nivel, un motivo de orgullo, pues sus libros se han convertido en unos de los más reseñados. Estando entre los primeros de la vanguardia de literatura española.
Él mismo dice que siempre se consideró un hombre común, un estudiante mediocre que perdía alguna materia de vez en vez, creció siendo un joven rebelde, punk y poco sociable, y que hoy, sin ni siquiera proponérselo es uno de los que se ha atrevido a dar pasos gigantes en la literatura en español. Un hombre de visión cosmopolita, no concibe la idea de separar la literatura de España de la de América, y cree nuestra marca es el español, que el lector lee en su idioma, y que en este mundo globalizado, el origen del autor debería ser algo sin importancia, porque todos interactuamos.
Este hombre, que estaba acostumbrado a ser un poeta poco leído, pasó, en poco tiempo, a vender muchos libros, dar conferencias, seminarios, y viajar por todo el mundo invitado a compartir lo que significa ser un vanguardista de la literatura de hoy. No cree en los talleres literarios, piensa que no se puede enseñar a escribir, sólo se pueden compartir conocimientos, y que el talento es una virtud individual.
Seguramente la genialidad de su obra que se basa en la innovación, pero comienza en lo “incorrecto”: transgrediendo. Tras los límites establecidos de la forma literaria se encuentra el secreto del éxito de su trilogía de novelas, pues ninguna de ellas posee ni relatos violentos, ni sexo explícito, ni ciencia ficción, ni herramienta amarillista alguna, causando en el público y en la crítica una buena impresión, de tal forma que ha llegado a ser motivo nominal para que la crítica vea crecer a su alrededor a la generación Nocilla.
Toda esta genialidad que nace de lo que para algunos podría ser lo incorrecto, se gesta en la cabeza y los hábitos creativos de Agustín Fernández Mallo, (http://blogs.alfaguara.com/fernandezmallo/ ) un gallego nacido en 1967, que parece ser obsesivo, ordenado, detallista y con gustos dispares que viajan en el tiempo, admirador del Land Art y enamorado de algunos rituales como comer en Mc Donalds y ver la misma película todos los 1 de enero, autor del Proyecto Nocilla [ Nocilla Dream, (2006) , traducida a varios idiomas fue seleccionada por la revista Quimera como la mejor novela del año y por el Cultural de el Mundo, como una de las diez mejores, Nocilla Experience (2009) elegida como mejor libro del año por Miradas2 y Mejor novela del año, Premio Pop-Eye 2009) , Nocilla Lab recientemente editada ya tiene gran favor de la crítica y el público] . Acuña el término Poesía Pospoética (2000), (conexiones entre la literatura y las ciencias) y su libro Pos poesía hacia un nuevo paradigma, fue finalista del premio Anagrama 2009
Su literatura no se ata a teorías, prioriza el sustantivo por sobre el adjetivo, se inspira en la idea del arte conceptual donde se prevalece la idea sobre el objeto, llevando a la literatura este concepto de la plástica y dándole al sustantivo tal peso, que él puede decirlo todo en determinada circunstancia. Según Fernández Mallo, “si en las otras ramas de las artes, los artistas se han atrevido a violar las normas, y las obras se entienden, se valoran y se venden ¿por qué no atreverse en la literatura?”
Mientras escuchaba su charla, en el aula del festival, me acordé de Onetti, contando en primera persona, me llegaron imágenes de la gran novela de la literatura española: el ingenioso hidalgo D. Quijote de la Mancha….los cuentos de Cortazar… la genialidad de Borges… el Ariel de Rodó… porque todos ellos, de alguna manera violaron las normas establecidas en pos de un mejor producto… (y me llegaron al corazón, quizá por la misma razón). Fueron hurgando en lo diferente para contar actos y pensamientos de individuos o sociedades y con eso alimentar el espíritu. Cuando no fue la forma, fue el estilo, o el mensaje, lo innovador.
Pensar que si violamos las reglas del lenguaje convencional al crear una obra literaria, nuestra obra no será entendida por el lector, es pensar que contamos con un lector tonto, premisa incorrecta y para nada genial, pues siempre habrá lectores capacitados y sensibles que puedan entendernos..
La genialidad de lo incorrecto, surge desde el conocimiento y la sensibilidad, no está a medio camino de ninguna parte, sabe lo que quiere, se basa en el talento y pertenece a su creador hasta que se despega de él, se convierte en voz de todos y todos pueden aceptarla.
Sandra Gutiérrez Alvez
Agustín Fernández Mallo |
Muy interesante tu articulo, Gracias por presentarnos a nuestra gente..
ResponderBorrarUn abrazo
Saludos fraternos..
Gracias Adolfo, considero que es bueno aprender de los creativos y conocerlos más.
ResponderBorrarun abrazo, amigo.