Quizá ya soy…
Dicen que la gente se mimetiza con su entorno
por eso me estoy tornando verde
y se me caen las hojas en otoño…
me he convertido en roble, fresno, cerezo…
y achiras de colores se prenden a mis pies,
que aún conservan el vapor de los humedales
y hacen crecer papiros y nenúfares en flor.
Y me brotan flores en vez de canas en la primavera,
y mis senos se vuelven más turgentes
con el movimiento de los silicios médanos…
Dicen que la gente…se convierte en lo que quiere ser...
y yo quiero ser natural, como mi entorno.
Como el ave que vuela pasajera
y se muda a otro hogar en cada otoño…
Quisiera, talvez, ser un águila
y posarme para siempre en el acantilado.
En el que mira hacia el sur,
y eternamente anidar entre tus brazos.
Quisiera yo ser, y talvez pudiera…y quizá ya soy…
y si en verdad, tú quisieras,
en verdad, por ti, me convirtiera…
Seda
Playa Brava .
Atlantida Uruguay
Primavera en el mar
La varas de los juncos que se doblan,
las hojas de las cañas que susurran,
y en la orilla revolotea absorta
una azulada visitante pasajera.
Gestora de mil giros en aire,
aparenta posarse entre las olas…
¡Es primavera en el mar, y ella avizora!
Cuan manchas anidadas en el borde
se levantan los médanos de sílice,
impregnados de sal, marea y brisa.
En tanto, en la ermitaña orilla
se acercan a sus nidos las gaviotas
dejando el griterío en el Pampero…
.
¡Es primavera en el mar y ya lo siento…!
Un aromo pequeño en solitario
guarda ente arenales sus monedas,
y un millón de flores encalladas
por la empinada falda se despeñan.
Telonando la rodaja de la luna
vibran las cañas en su resol lejano.
¡Es primavera en el mar y hoy él me llama!
Resuena entre la arena blanca y pura
el bramido que la mar trajo de lejos,
quizás desde el horizonte en calma
donde viaja un pequeño velero…
y lleva mi corazón entrelazado
al que capitanea mi navío en puerto.
¡ Es primavera en el mar y en él me fío!
El sol refleja lento su sendero,
y ansío imbuirme en su trayecto
entre rutas de aves migratorias
cautivadas por su atrayente espejo.
Y buscando en la sal un viejo anhelo
camino lentamente hacia mi puerto.
¡Es primavera en el mar, y a él me lanzo!
Las velas contra el viento que se inflan
el mástil que se yergue alucinado
Bamboleando entre el bravío oleaje
Me adentro en el confín de lo lejano,
y la pequeña migratoria azul nos sigue
en su vuelo perpetuo hacia el tejado.
¡Es primavera en el mar, y en él navego!
SEDA
La varas de los juncos que se doblan,
las hojas de las cañas que susurran,
y en la orilla revolotea absorta
una azulada visitante pasajera.
Gestora de mil giros en aire,
aparenta posarse entre las olas…
¡Es primavera en el mar, y ella avizora!
Cuan manchas anidadas en el borde
se levantan los médanos de sílice,
impregnados de sal, marea y brisa.
En tanto, en la ermitaña orilla
se acercan a sus nidos las gaviotas
dejando el griterío en el Pampero…
.
¡Es primavera en el mar y ya lo siento…!
Un aromo pequeño en solitario
guarda ente arenales sus monedas,
y un millón de flores encalladas
por la empinada falda se despeñan.
Telonando la rodaja de la luna
vibran las cañas en su resol lejano.
¡Es primavera en el mar y hoy él me llama!
Resuena entre la arena blanca y pura
el bramido que la mar trajo de lejos,
quizás desde el horizonte en calma
donde viaja un pequeño velero…
y lleva mi corazón entrelazado
al que capitanea mi navío en puerto.
¡ Es primavera en el mar y en él me fío!
El sol refleja lento su sendero,
y ansío imbuirme en su trayecto
entre rutas de aves migratorias
cautivadas por su atrayente espejo.
Y buscando en la sal un viejo anhelo
camino lentamente hacia mi puerto.
¡Es primavera en el mar, y a él me lanzo!
Las velas contra el viento que se inflan
el mástil que se yergue alucinado
Bamboleando entre el bravío oleaje
Me adentro en el confín de lo lejano,
y la pequeña migratoria azul nos sigue
en su vuelo perpetuo hacia el tejado.
¡Es primavera en el mar, y en él navego!
SEDA
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