En Sus aceitadas manos
de engranaje perfecto
se fundó el universo
y las dimensiones.
Se enhebraron los husos
que tejieron cielo
y tierra
mares y vientos,
fuego y semillas.
En Sus aceitadas manos
de engranaje perfecto
se fundaron las olas,
las alas y los peces,
y la música interna de las caracolas.
Y se le dio luz al mundo
y brillo a las estrellas,
se hizo luna el espejo
que rondaba la tierra,
viajera luminosa,
influyente quimera
de Sus leyes escritas
en la naturaleza.
En Sus aceitadas manos
de engranaje perfecto,
el barro se hizo hombre,
y sopló, con orgullo
en su faz, por amor;
ungiéndole la vida,
cediendo libertad,
para amar, para amarse,
y fehaciente adorarle.
Salma Hassan
2012
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