Primavera en el mar al sur del mundo
Danzan las varas de los juncos,
me susurran las hojas de las cañas
y en la orilla revolotea, absorta,
la pequeña azulada peregrina.
Sal y viento, reel y caña.
¡Es primavera en el mar,
ya puedo verlo!
Siento en mi piel su tibio aliento.
Tibio el ambiente, tibio el cielo.
En esta blanca orilla del río como mar,
al sur del
mundo, nido de gaviotas,
cielo de albatros
y petreles,
que como manchas, adornando el borde,
entre los arenales, escoltan al viento…
Un aromo pequeño, solitario,
pirata entre los médanos,
esconde sus monedas. Un millón de flores,
que encalladas en la falda empinada,
poco a poco,
sus pétalos despeñan.
La delgada arandela de la luna
vibra entre las cañas,
y en su imponente flama,
refleja el sol su largo sendero sobre el agua.
Me adentro en el confín lejano.
Y entre la arena, dejo caer mi sueño...
Viajo, vuelo, navego.
¡Es primavera
en mi mar,
ya puedo verlo!
Salma
Este poema, escrito originalmente en 2007, fue creciendo y mutando con el tiempo, teniendo una versión definitiva, hoy , 13 de octubre de 2020.
Autor: Sandra Gutiérrez Alvez, Parque del Plata, Canelones, Uruguay
Playa de Parque del Plata* |
*Atribución de la fotografía: De Kleidas - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5321008
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Salma