ENSUEÑOS DE OTOÑO

Entre nubes de otoño, montada en su alfombra, va Seda la princesa encantada, eternamente enamorada y feliz. Con sus alas recogidas, asemejándose lo más que puede a un ser humano, pero a la vez usando su magia y la de su alfombra para volar libremente por los cielos... ilusionada... Porque sabe que si su alfombra mágica desaparece con sus ilusiones, aún le quedan sus alas que puede desplegar para volar por sí sola, libre... y por siempre...

Y aunque sabe que su mayor debilidad es la que seguramente puede conducirla a una trampa mortal, igualmente siente que vale la pena perder por amor y canta:

Volando en tu magia
peregrino errante,
me encontré aquel día
prendida al destino.
Y soplando fuerte
descubrí caminos
que nunca he podido
saber ¿cómo diablos
pude descubrirlos?

Me enanqué en tu alfombra
y volé contigo,
peregrino errante
forjador de destinos.
Pero nunca supe
porqué en el camino
perdí mis ausencias,
y encontré presencias
de almas solitarias,
que como la mía,
buscaban ansiosas
encontrar alguna
que le sustentara
sueños y quimeras.
Para, cómo tú,
peregrino errante,
volar al cenit
infinitamente...

y ahí va la princesa Seda, volando en su ensueño de otoño,

eternamente enamorada y feliz...