una verdad que no es secreto ante sus ojos...

Eternamente,  no dejan de buscarse,

con ansias de ese encuentro soñado,  porque  reconocen la esencia de sus almas.

Mientras caminaba por el desierto, rumbo al pozo, vio en el horizonte la recortada figura de un beduino acercándose lentamente, entre la densa nube de polvo que los caballos formaron al pasar. Inmediatamente pudo reconocerlo, como siempre lo ha hecho, como en todas las partes del Universo donde se han encontrado, en todos los tiempos. Eternamente, cada uno intuye la cercanía el otro, y no dejan de buscarse, con ansias de ese encuentro soñado, aunque no conozcan ni sus rostros ni sus nombres, porque sí reconocen la esencia de sus almas.

Ella no ha hecho más, que esperar de él una respuesta a sus miradas una y otra vez… Por las noches ha soñado con su aroma, con ese encuentro imaginario, y ese beso anhelado… con esos pequeños grandes detalles en los que la gente ya no cree, y que son la clave de la permanencia del hombre sobre la tierra, pues su existencia pende del hilo del amor verdadero.

Y él, se sueña enredado en su cabello, derrochando su perfume, sumido en su piel, llevándola en un largo viaje hacia el mar para perderse en una isla sólo para dos…pero bien sabe, que su sueño se cumplirá, pues en el fondo de su corazón ella ansía su compañía y corresponde a su amor, y no importa el tiempo, pues confía en que cuando dos almas han sido destinadas a encontrarse, nada en el mundo podrá impedir esa unión….

Hoy a ella le han crecido nuevamente alas, alas que oculta entre su ropaje…las oculta del mundo, pero no puede ocultarlas de él.

Por esto hoy él guardó un largo suspiro en sus entrañas, mientras pasó a su lado, junto al pozo...y una mirada profunda penetró su alma y quedó como un sello en su corazón…no hay mayor verdad que este amor que proviene desde la eternidad…verdad que no es secreto ante sus ojos.

No hubo otra oportunidad este día de encontrarse nuevamente, pero no pasó ni un instante en que no dejaran de pensar el uno en el otro, de imaginar sus voces, sus miradas, de soñar con ese mágico encuentro como lo han hecho siempre a través de los tiempos…

Sandra Gutiérrez Alvez 

Seda