Siento que estás tardando demasiado, aunque el tiempo sólo sea una magnitud muy relativa, a veces me cuesta transitar los días en tu ausencia.
Creo que ni la lluvia de los últimos días, ha podido diluir tus pasos sobre mi corazón, y el perfume que imaginé de ti, se prende en mi piel como el rocío en el amanecer.
Me acuesto pensando en ti y me despierto contigo en la cabeza. Los sueños han cambiado, pero el rastro de amor sigue intacto. Te lo dije, pueden pasar años, hasta que aparezca alguien especial.
Me cuesta entender el por qué de mis sentimientos, pero luego asevero: no tienen un por qué, no hay lógica en el amor.
Tantas veces pienso que no existes. Siento que eres un personaje creado por alguien que quiso burlarse de mí, o por el contrario, que eres un regalo de quien me ama demasiado y solapado en la distancia quiere alimentar mi fantasía. Pero sea como sea, el plan falló. Pues no me hace infeliz perderte, ni me enoja tu ostracismo…tampoco descarto los momentos de felicidad compartida,..., sólo te extraño. Y sé que en realidad existes y me amas de alguna forma.
Ahora mismo siento como si la neutralidad acaparara el momento y sólo existiera tu recuerdo. Eres atemporal en mí, perteneces a la historia de mi vida y aunque no sé de qué vida provienes, hoy sólo sé no estás, y es raro, totalmente raro.
Aún tengo estrellas en mi pelo, de la noche que soñamos ambos con el amanecer…
-acá amanece, qué pena que no podemos ver salir el sol, simultáneamente –dijiste-
-pues, acá todavía es de noche…pero ya encontraremos el punto exacto para amanecer juntos, contesté, no olvides la promesa. Fue un instante de magia que aún repaso con intensidad.
Recuerdo mi desesperación por oír tu voz, tu delicia en complacerme y la felicidad de escuchar tus palabras en mi oído. Esa magia de sentirte cerca en la inmensa distancia interoceánica.
Hacía mucho tiempo que no me sentía igual, pero todo se esfumó en un instante. Mi prisa, mi irreflexiva prisa vistió de luto mis ilusiones y estalló la bomba del miedo y la confusión, que despilfarraron todas las piezas que iban formando el puzzle perfecto en mi corazón.
Tu voz, que es melodía para mi alma, la melodía única del príncipe de mi reino, se diluyó en un instante, pero tengo tres palabras que resuenan en mi oído con un dejo de ti: se termina pagando.
Todo es posible, cuando lo permitimos, e inadmisible cuando nosotros mismos lo destruimos.
Dejar de vivir es devastar el rastro de vida que pudimos dejar en la historia, la elección es nuestra y muchas veces nos equivocamos más de lo que pensamos…pero el tiempo lo repara todo…porque el tiempo es un mago de los sentimientos, y bien lo has dicho: el tiempo es sólo tiempo…
Sandra
http://www.youtube.com/watch?v=52xxj_KuQC0